miércoles, 27 de febrero de 2008

Hogar dulce hogar

Como habréis observado, ha habido un poco de inactividad estos días.
La razón es sencilla, he vuelto a casa por unos días, por exigencias burocráticas.

Así que, entre unas cosas y otras, no he podido dedicarle mucho tiempo al Blog.

En la escuela cada vez se lían más las cosas, y mis alumnos requieren mayor atención. Estamos preparando proyectos interesantes. Por otra parte, aquí en Valencia, recuperando un poco la tranquilidad, y visitando amigos y família.

Y aquí os muestro una de las cosas que más me atrae de mi tierra:

Es increíble lo bien que se vive aquí. Y uno no deja de sorprenderse cada vez que vuelve. Lo mismo pensaba cuando vivía en Alemania, o en Milán... y ahora con más razón, en Moscú. El contraste que se percibe al despegar de un lugar... y luego al aterrizar en casa, es notable.

A veces se vive como un sueño. Y lo bueno es que uno recupera la capacidad de sorpresa con la propia ciudad. Se mira todo con nuevos ojos, y se sorprende a veces como si fuera un turista más. Casi estoy por coger la cámara de fotos aquí en Valencia, y luego colgaros aquí algunas. Ya veremos.

Ah, y dentro de poco volveré a Valencia por las Fallas... y aunque eso poco tenga que ver con Moscú, tened por seguro que os daré la lata con ellas.

PD: Hay algo que no entiendo. En Moscú, a 10ºC bajo cero y con 90% de humedad, paso menos frío que en Valencia a 10ºC sobre cero y con 60 % de humedad. Es algo que no me explico, el frío de Valencia es mucho más puñetero, como más "húmedo". La prueba está en que me resfrío siempre que vengo. ¿Alguien tiene idea de por qué puede ser? Y no, no duermo con el culo al aire!