lunes, 19 de mayo de 2008

Bienvenido a Rusia... ¡de nuevo!


Esta vez llegué al aeropuerto de Moscú a las 6 de la mañana, y entre control de pasaportes y la espera de la maleta, se hicieron las 7 de la mañana, por lo que perdí el tren que en 40 minutos te lleva al centro de la ciudad. Así que cogí otro que había en el andén. A que mala hora... era un tren regional que paraba en todas las estaciones, circulando con una velocidad idónea para disfrutar el paisaje, pero no la mejor para llegar raudo y veloz a tu destino. Tren borreguero en toda ley! Al principio el tren iba vacío... pero luego se iba llenando de gente en cada parada, gente con cara de pocos amigos, gente durmiendo sentada en el tren, hasta que se llenó completamente y no cabían ni de pie por los pasillos. Así... hora y media! Fue todo un shock. Llegué al apartamento al final a eso de las 9:15, más de tres horas después de haber aterrizado, sin haber dormido casi en el avión. Y para guinda, encontrarme movidas con algún que otro compañero de piso... que recibimiento más acogedor y agradable, si señor!

¡Bienvenido a Rusia!

No hay comentarios: